Situada en el sureste de Europa, la península comprende países como Albania, Bosnia y Herzegovina, Bulgaria, Croacia, Grecia, Macedonia del Norte, Montenegro, Serbia y partes. de Rumania y Turquía.
La península balcánica es un destino turístico barato, pero increíble, que ofrece a los viajeros, desde playas espectaculares hasta antiguas ciudades amuralladas y parques nacionales vírgenes. Todos, escenarios de eventos históricos y asentamientos de diversas culturas a lo largo de los siglos.
Fascinante para los viajeros en busca de aventuras y descubrimientos culturales manifestados en la arquitectura, la gastronomía y las tradiciones de sus pueblos, la “Otra Europa”, la menos conocida te robará el aliento:
Bulgaria, ciudad milenaria -y una de las más antiguas de Europa-:
Salvaguarda de las influencias culturales más diversas: griegas, eslavas, otomanas y persas, uniéndose en la invención de una ciudad en la que iglesias, edificios, alimentos, danzas, música, trajes y artesanías se combinan para cautivar a los turistas.
Plovdiv, en Bulgaria, es considerada la ciudad continuamente habitada más antigua de Europa y una de las más antiguas del mundo, con más de 6.000 años de historia.
Parte de la arquitectura de Bulgaria se aprecia en sus iglesias, como la catedral de Alejandro Nevski en Sofía.
Bulgaria es el segundo país de Europa con mayor número de manantiales naturales (600), sólo superado por Islandia. La ruta de los Siente Lagos de Rila es imperdible; éstos son siete lagos glaciales ubicados en las montañas de Rila, a dos mil metros de altura.
Grecia, cuna de civilizaciones:
Cuna de la civilización occidental: Grecia es ampliamente considerada la cuna de la civilización occidental. Fue el lugar de nacimiento de la democracia, los Juegos Olímpicos antiguos, importantes avances científicos y filosóficos, y algunos de los textos literarios más antiguos y de mayor influencia.
Macedonia del Norte, la tierra santa de los Balcanes:
Ohrid, una urbe antigua con un número asombroso de iglesias, sitios históricos y el impactante lago Ohrid.
Considerada patrimonio de la UNESCO por su vasta historia y biodiversidad única (casco antiguo y su lago), esta ciudad en Macedonia del Norte es conocida como la "Jerusalén de los Balcanes"
Skopje es grande, imponente y llena de arquitectura monumental que podría estar a la altura de cualquiera de las más grandes metrópolis centroeuropeas.
Albania, ciudad del sol eterno y de los búnkeres:
Al igual que Croacia, Albania posee unas playas magníficas y un sol que brilla la mayor parte del año. Por su situación geográfica, Albania estuvo bajo el dominio veneciano, romano y griego durante mucho tiempo, impacto que vemos en su asombrosa arquitectura, con el anfiteatro romano de Durres como un ejemplo perfecto.
Tirana, que es la capital de Albania, Tirana, es una mezcla exquisita de influencias culturales y arquitectónicas como la italiana, burguesa europea y brutalista por dondequiera que la recorras.
Un dato curioso es que, durante el régimen comunista, se construyeron más de 170,000 búnkeres en Albania, preparándose para una invasión que nunca ocurrió. Hoy en día, estos búnkeres son también una peculiar vista por todo el país.
Montenegro, fiordo del sur de Europa:
Destino predilecto por los amantes de la naturaleza y los adictos a la adrenalina: en el Parque Nacional de Durmitor puedes practicar rafting en el cañón más profundo de Europa (el río Tara).
La bahía de Kotor, es uno de los fiordos más profundos del sur de Europa, conocido por su impresionante paisaje (ciudad amurallada), ideal para un día cultural con un chapuzón en la playa incluido.
Montenegro combina hermosas playas con impresionantes montañas, ofreciendo una variedad de bellezas naturales en un territorio relativamente pequeño.
Bosnia y Herzegovina, destino de reconciliaciones culturales:
Situado entre Croacia, Serbia y Montenegro, es el mejor ejemplo de crisol cultural de los Balcanes. Con restos del imperio otomano repartidos por todo el país, y Mostar y Sarajevo como colmo de tal excelencia. Su arquitectura turca y su gastronomía asombrosa, con el nostálgico dejo de las paredes con marcas de bala y los túneles subterráneos de Sarajevo que nos recuerdan sobre el trágico conflicto bélico de la región en los 90’s.
El puente de Mostar: El Puente Viejo (Stari Most) de Mostar es una de las imágenes icónicas de Bosnia y Herzegovina. Destruído en 1993 durante la guerra de Los Balcanes, fue reconstruido y reabierto en 2004, simbolizando la reconciliación y coexistencia de las diversas culturas del país. No olvides visitarlo.
Croacia, el paraíso veraniego en Europa y un guiño a “Juego de Tronos”:
Si te imaginas un mar azul brillante e innumerables islas, desde las más grandes a las más pequeñas, con toques de romanticismo e historia, éste será tu destino predilecto. Las ciudades costeras de Split y Dubrovkik remontan a tiempos antiguos con sus murallas, sus calles empedradas y sus puertos.
La muralla de Dubrovnik: Dubrovnik, conocida como la "Perla del Adriático", es famosa por sus impresionantes murallas medievales que rodean la ciudad. Ha servido como importante locación para películas y series, incluyendo "Game of Thrones".
Zagreb es una ciudad cosmopolita y vibrante que combina modernidad e historia, igualmente imperdible.
Serbia, linaje de emperadores:
Cuna del Imperio Romano: Serbia fue el lugar de nacimiento de 17 emperadores romanos, incluyendo a Constantino el Grande, el primer emperador cristiano y el fundador de Constantinopla.
Su capital, Belgrado, alberga edificios imponentes y poderosas iglesias que dan testimonio de la diversidad religiosa y cultural del país. Aquí se encuentra la calle Skadarlija, una zona similar a Montmartre. Si te apetece divertirte, visita Novi Sad, ciudad cultural pero también animada, llena de música y de buenos bares, y cuna del festival de música de EXIT.
Cada uno de estos países ofrece una rica mezcla de historia, cultura y belleza natural, lo que los hace destinos fascinantes para explorar.
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